Lo consultaré con la almohada.

Quien me iba a decir que el lugar donde todo debería dar igual, donde la tristeza se debería borrar de mi cara y  las lágrimas deberían ser secadas...iba a ser el sitio donde menos descanso iba a tener. El lugar donde las mejores decisiones fui capaz de tomar, pensando en frío. Donde la gran mayoría de mis llantos iban a quedarse ahí derramados...donde mi mayor consuelo era aferrarme con fuerza a la almohada y taparme hasta la nariz con la manta, para no dejar entrever mi debilidad. El único sitio donde mis sueños podían sentirse libres de aparecer...donde la imaginación me jugaría malas pasadas compinchada con mi subconsciente. Pero también me ha demostrado que a veces la realidad supera con creces a la ficción.
Suspiros mañaneros al abrir mis ojos, apagando el despertador y descubriendo que tan solo fue un sueño más el que me truncó la ilusión. O sentir como se clava, ese dolor de saber que no estás aquí junto a mí, que tan solo permanece tu recuerdo tatuado en mi memoria....el dolor interno que hiere infinitamente más que el externo.
Pero tan solo aquí me puedo llegar a sentir completamente LIBRE. Puedo soñar despierta si quiero, o simplemente dormir y despertarme con la sensación de no haber soñado absolutamente nada. Lugar de paz y descanso...pero también de nostalgia y llanto.