Nuevo destino que recorrer.

Un camino nuevo que recorrer, una nueva meta a la que enfrentarme, un nuevo destino por el que dejarlo todo. Un nuevo año... nueva oportunidad que me brinda la vida para conseguir lo que quiera proponerme. Unos nuevos propósitos por los que querer seguir hacia delante.  Un nuevo horizonte que quiero perseguir hasta donde me alcance la mirada. Quiero escribir mi nombre con letras en grande y que cuando lo lea me sienta orgullosa de él por mis logros y mis derrotas...por mi experiencia y mis memorias.

Una nueva maleta que me regale el tiempo para meter dentro todos los malos recuerdos del pasado que quiero borrar de mi mente y si me queda sitio todavía, coger todos los lugares que me hicieron sentirme nostálgica o desafortunada y dejarlos ahí cerrar la maleta con fuerza y una vez cerrada arrojarla al mar donde yo dejaba caer mis lágrimas desconsolada, cuando creía que todo se me venía encima y que el mundo pudo conmigo en vez de yo con él. Dejar que esa maleta navegue sin rumbo y que me deje a mi libre de remordimientos. Arrancar el último resquicio de ganas de que la gente que de verdad me importa me sonría al mirarme a mis ojos tiernos que están a punto de echarse a llorar por tener que marcharme y alejarme de ellos y emprender el camino hacia mi felicidad. Y esa felicidad me está pidiendo a gritos que emprenda el camino sola y sin nada encima tan sólo la valentía de dejarlo todo. Si de verdad me conoces y sabes lo que quiero, me sabrás querer como yo necesito que me quieran. Y si me quieres me dejarás marchar. Si sabes que eres importante en mi vida, significará que aunque hayan pasado miles de días, cientos de semanas, o millones de meses volveré o si simplemente tu te marchaste, y regresaste a mi para mi eso es lo esencial...yo solo te pido que conserves mi recuerdo si te marchas y que cuando me recuerdes no veas mi cara llorosa por decirte adiós, sino que recuerdes mi sonrisa con mis ojos achinados al decirte un hasta luego, hasta mañana o hasta lo que nos depare el futuro.