Mis defectos son incontables.

Creedme, me conozco todos mis defectos. Desde el primero hasta el último, de cabo a rabo. Sí, llevo conviviendo con ellos catorce años y aún me quedan muchos más. Nunca me han gustado, está claro que se ha hecho difícil asimilar que esos detalles estarán ahí y que no se irán por mucho que los odies o te avergüences de ellos. Desde pequeña me han enseñado que hay que aprender a vivir con lo que se tiene. Debo reconocer que eso no ha sido fácil, y que para conseguirlo he tenido que tragar. Y aún ahora me cuesta. Pero apesar de todo eso, soy feliz. Tengo todo lo que quiero, todo lo que a lo mejor no tiene alguien que es mucho más perfecto que yo. Y es que soy así, puede que te cueste aceptarme, que nunca lo consigas hacer, puede que no le des importancia a mis defectos o que sean la razón de tus risas diarias. Pero ya me da igual. Me gusta escribir, escuchar música, hacer el imbécil. Me gusta estar con la gente que quiero, ir de compras, probarme ocho mil cosas antes de salir a la calle.Me encantan los tatuajes. Odio que la gente no te diga las cosas a la cara o que juzgue sin conocer. Me gusta la gente que pasa de la opinión ajena, que le da igual hacer el ridículo con sus amigos si así se lo pasa bien. Soy del Barça, para mí el mejor equipo del mundo. Me gustan desde las canciones de Melendi a las de Tstm. Me gusta el invierno, el frío, y me encanta la lluvia. Y no me habléis del calor. Me gusta ponerme los cascos y olvidarme del resto del mundo. Salir a la calle, correr, saltar, hacer fotos sin parar. Reírme es mi afición preferida, pero por favor, no me obligues a sonreír.