Nacemos engañados. Aprendemos a vivir junto a la decepción. Convertimos a la soledad en nuestra mejor aliada.Abandonamos nuestra inocencia a medida que los demás van abandonando el respeto hacia ti. Somos conscientes de los errores que cometemos, pero siempre que podemos echamos la culpa a otra persona. No aceptamos la verdad por muy sinceraque sea. Cerramos los ojos cuando algo no lo queremos ver, opor que no queremos ser testigos del daño que puedan producirnos. Hacemos que los sueños sean nuestra propia vía de escape de la que disfrutar a escondidas. Vivimos las pesadillas echándole la culpa a nuestro subconsciente y a la imaginación que nos hace tener malas pasadas. Amamos de tal manera quedesconectamos totalmente del mundo y odiamos como si nos fuera la vida en ello.
Queremos por encima del cielo y la tierra a todas aquellas personas que en los peores momentos, con el paso del tiempo y en los buenos recuerdos han permanecido sin faltarnos. Conservamos la esperanzahasta cuando creemos que nuestro límite ha llegado. Nos derrumbamos y rompemos a llorar como niños abandonados y susceptibles, deseando encontrar un consuelo en las personas más alejadas por motivos insustanciales. Nos desahogamos y echamos para delante. Nos levantamos tras muchas zancadillas vividas. Aparentamos estar felices con nuestra realidad. Sonreímos a pesar de todo. Recordamoslo lejos que hemos podido llegar y aparcamos lo malo para que nada nos impida continuar.
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