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Y aunque no queramos aceptarlo,todas las promesas mueren,ninguna sobrevive al olvido,se nos resbalan de las manos,se caen y se rompen en mil pedazos,hundiendonos en la mas asquerosa miseria,deseando volver a unir esos pedazos rotos de promesas de un mañana que ya no viviremos,de 'te quieros',de esos 'siempre' que te calan hasta los huesos,y nos quedamos con ganas de unir esos trozos de promesas hechas pedazos, y tratamos de volver a unir esos pedazos,como el niño que vuelve a intentar pegar una hoja a una rama después de haberse caido del árbol,y es que cuando el miedo entra en el cuerpo,se apodera de nuestras mentes y nos maneja,una brisa es capaz de echar por tierra,la mas fuerte de las promesas,o peor incluso,incumpliendola,y aunque seamos fuertes,y aunque seamos fuertes o al menos lo inntentemos,sabemos que no hay no mas dolor que en una promesa rota.